El fútbol está de luto desde que el pasado martes se conoció el asesinato de Yannick Fonkoua, un joven camerunés de 24 años con pasado en el Ciudad de Murcia. Yannick se encontraba actualmente en la localidad francesa de Saint-Étienne, a donde marchó desde Murcia en septiembre de 2019, buscando mejores condiciones laborales y seguir con su sueño, que no era otro que asentarse en Europa. Y lo estaba consiguiendo, allí tenía un trabajo, seguía jugando al fútbol en el AS Loudes y vivía con su pareja.

Sin embargo, según algunas informaciones, hace unos días el joven camerunés murió asesinado debido a las puñaladas que le asestó, presuntamente, el exnovio de su pareja. De hecho, después de acabar con su vida, se refugió dentro de la vivienda con su exnovia y el hijo de seis años que ambos tienen en común.

En el equipo murciano la noticia cayó como un jarro de agua fría cuando, después de unos días sin dar con él, encontraron publicado el suceso en medios de comunicación franceses. Yannick era un chico muy querido y un ejemplo de comportamiento y de adaptación, según explican los que le conocen. Llegó a España en 2017 tras pasar por un Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes en Melilla y fue reubicado en Murcia a través de Cepaim, la fundación con la que colabora el Ciudad de Murcia. El joven formó parte del filial del equipo de Tercera, que militaba en Segunda Autonómica, y destacó por sus condiciones como extremo veloz y hábil.

Ulises Illán, presidente de la fundación del club murciano, destaca «la alegría con la que llegó aquí demostraba el tipo de persona que era Yannick. Hablábamos de vez en cuando con él y estaba bien, había conseguido su sueño. Es una gran pena que su vida haya acabado así».